Terrenos devastados con honda humillación
Codicias ostentosas sin piel ni corazón
Lujurias excesivas con brusca alevosía
Envidias pretenciosas sin luces de alegría
Terrenos destrozados por manos negligentes
imperio de ambiciones o fueros indolentes
en un planeta herido por vanos intereses
y por indiferencias
que ignoran consecuencias.
A nuestros hijos queda la cruel desilusión
de herencias fraudulentas
sin aire ni razón
con mares plasticados
con cielos tenebrosos
con hambres y miserias
¡Qué cruel involución!
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